martes, 8 de julio de 2025

Reseña: "Cartas a un joven poeta"

Cartas a un joven poeta
Rainer Maria Rilke
Alianza, 2012

ISBN: 9788420609102

Mi valoración: ☆☆☆☆☆




Rainer Maria Rilke (nacido René Karl Wilhelm Johann Josef Maria Rilke), nacido en Praga en 1875 y fallecido en Val‑Mont, Suiza, en 1926 debido a leucemia. Su madre, conmovida por la pérdida de una hija, lo crió como a una niña, y su relación con su padre, que era militar, fue tensa. Curiosamente, Rilke terminó sus estudios en una escuela militar antes de abandonarla por motivos de salud. Después estudió Literatura, Historia del Arte y Filosofía en Praga y Múnich, comenzando a publicar sus primeros textos en 1894. Tuvo un importante vínculo con la escritora Lou Andreas‑Salomé, quien lo introdujo en el psicoanálisis y lo llevó a viajar por Rusia y conocer a Tolstói. En 1901 se casó con la escultora Clara Westhoff, con quien tuvo una hija, pero se separó poco después; más tarde fue ayudante y amigo de Auguste Rodin en París, lo que marcó un punto de inflexión en su evolución artística. Viajero errante, al buscador de belleza, confrontándose sin cesar con la soledad, el amor, la muerte y el acto creador. Su legado (cubriendo desde correspondencias, poesía lírica y prosa introspectiva) sigue siendo referente de la profundidad existencial en el arte del siglo XX.


En Cartas a un joven poeta, Rilke escribe al joven y novel poeta Franz Xaver Kappus para ayudarle a mejorar en sus escritos. Sus cartas son íntimas, suaves, que invitan a la reflexión, al silencio, la introspección, la soledad reflexiva.

Un libro que todos deberíamos leer en esos momentos en que te replanteas tu vida. Seas artista o no, todos somos creativos de nuestra vida y todos necesitamos un faro que nos dé luz y alumbre el camino. Este libro es de esos. Tienes que leerlo en pequeñas dosis porque cada frase exige respirar, pensar, detenerte, parar el tiempo. En cada una de sus frases, Rilke invita a mirar hacia dentro de uno, a confiar en la lentitud creativa y a pausar la vida rápida y del ahora, porque lo mejor se teje con paciencia y soledad.

Destaca su convencimiento de que la soledad y la creación están unidas y son inseparables. La soledad es el santuario donde el creador debe buscar su amor y, por lo tanto, su creatividad. Es en ella donde se encuentra la fecundidad y la profundidad. La paciencia, que es la verdadera engendradora de la creatividad. El arte como necesidad brota de lo profundo, susurrando bajito, no con estridencias. Y si después de todo esto no encuentras esa chispa para crear, Rilke te sugiere que pares, veas el mundo, lo mires como si fuese la primera vez, de forma atenta y consciente.

Sé que este no es un libro de historia, pero creo que puede ser muy útil para todos los creadores de contenidos, aunque sean de textos de no ficción. Este es uno de esos libros que tienes que dejar que te habite, te llene, te enseñe que la creación es íntima y que no depende de lo que los demás vean o lean o sientan. Solo tú puedes ser el dueño de tu creación. Tu eres el único que crea y no puedes dejar que nadie pueda herirte con sus críticas.






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