lunes, 24 de noviembre de 2025

Reseña: "La guerra de Sertorio" de Francisco Romeo



La guerra de Sertorio. Hispania y el ocaso de la República de Roma, de Francisco Romeo Marugán, es uno de esos libros que uno abre pensando que va a encontrar una historia militar… y termina descubriendo un retrato humano, político y casi épico de un personaje que Roma prefirió olvidar. 

Sertorio, general hábil y cabezota, convertido en proscrito por la dictadura de Sila, encontró en Hispania no solo un refugio, sino un escenario desde el que replantear (a su manera) qué podía ser Roma.

Romeo reconstruye la historia con un rigor. Se nota la mano del historiador y arqueólogo que no se conforma con repetir lo que dicen las fuentes, sino que las interroga, las cruza con la arqueología y las observa. El resultado es una narración clara, donde cada batalla, cada pacto con las comunidades hispanas y cada giro político se entienden dentro de un panorama más amplio: el desgaste de una República que ya no sabía ni qué defendía.

Para mí, uno de los aspectos más geniales del libro es cómo el autor separa al Sertorio real del Sertorio legendario. Porque sí, a este hombre le ha acompañado siempre un aura casi romántica: el general justo, el estratega brillante, el líder que respetaba a los hispanos más que muchos romanos. Romeo no niega esa imagen, pero la coloca en su sitio, mostrando cómo se construye un mito, cómo lo transmiten los autores antiguos y cómo lo reinterpretamos hoy.

Uno de los capítulos más interesantes del libro es, sin duda, el dedicado al mito de Sertorio. Romeo aprovecha este tramo para apartarse un momento de la cronología estricta y adentrarse en un terreno que a mí, personalmente, me encanta: el de cómo un personaje de carne y hueso, con sus luces, sus sombras y todas sus contradicciones, termina convertido en un símbolo casi legendario. Para mí, lo más intereasnte de este capítulo es cómo nos obliga a reflexionar sobre la memoria histórica. Sobre cómo las fuentes antiguas (tan influidas por la propaganda, la rivalidad política o las simpatías personales) construyen un Sertorio que quizá nunca existió del todo. Y sobre cómo la historiografía moderna, lejos de corregirlo por completo, a veces también participa en esa idealización. 

Otro de los capítulos que más he disfrutado es el dedicado a la reconstrucción histórica, donde el autor muestra con mucha claridad cómo se “arma” el pasado cuando las piezas que tenemos son fragmentarias, contradictorias o directamente silenciosas. Aquí Romeo no se limita a repetir lo que cuentan las fuentes antiguas, sino que las analiza de forma crítica y las coloca frente a frente con los datos que hoy aporta la arqueología. Es un capítulo que explica de forma impecable cómo trabaja un historiador de la Antigüedad cuando quiere ir más allá del relato tradicional. 

La obra está escrita con claridad. Es seria, bien documentada y rigurosa. Quienes ya conozcan las guerras civiles romanas disfrutarán especialmente, pero también cualquier lector curioso encontrará aquí un episodio apasionante. 

En definitiva, un libro lleno de matices, que devuelve a Sertorio el lugar que merece y nos recuerda que, a veces, las historias más reveladoras ocurren lejos del Senado, en los márgenes donde los cambios verdaderos empiezan a fraguarse. 

Un estudio imprescindible para quienes amamos la Antigüedad… y para quienes creemos que, en el fondo, siempre merece la pena volver sobre las vidas de aquellos que se atrevieron a desafiar a Roma.

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